top of page
Buscar

¿VIVES COMO QUIERES VIVIR?

Foto del escritor: VAALVAAL


El momento de andar por ti propio camino hacia tus sueños es ahora





Todos hemos sentido alguna vez la necesidad de emprender otro camino. Ya sea a través de una ruptura total de nuestro estilo de vida o mediante el desarrollo de un sueño o un proyecto concreto. Sin embargo, no todo el mundo se lanza a la aventura; los miedos, los prejuicios y la falsa creencia de que no nos merecemos una vida feliz, cortan nuestras alas.


Cuando lo que vivimos no coincide con lo desearíamos vivir, o cuando nos lamentamos por la vida que podríamos haber tenido, debemos preguntarnos por qué?

Tal vez no hayamos instalado demasiado tiempo en la resignación y el conformismo, o quizás hayamos tomado lo exterior como referencia principal. En tales supuestos hemos dado prioridad a los valores y actos de otras personas y nos hemos sentido como hormigas, con muy poco poder. Esto no es extraño; estamos acostumbrados a ello. Desde nuestra mas tierna infancia nos hemos habituado a reprimirnos, fundamentalmente para evitar el rechazo del entorno.

Aprendemos a que hay que controlar nuestras emociones, estrangular muestra espontaneidad, con el fin de estar "integrados", no diferenciarnos, para ser apreciados.

En un momento dado, consideramos normal vivir evitando nuestros valores y talentos y nuestra capacidad para decidir que de tanto esconderla creemos no tener.

Así que nos acostumbramos a una vida sin sobresaltos, pero también sin estímulo, y admitimos que lo vivido es muy parecido a lo que nos queda por vivir.

En un momento dado, alguna circunstancia nos lleva a experimentar un ligero despertar.

Sentimos un sutil impulso que nos transporta mentalmente a un tipo de vida diferente, pero que solo seremos capaces de materializar si trabajamos sobre las barreras que nos han paralizado hasta entonces; nuestras creencias (mas heredadas que propias) y nuestras inseguridades.

Nos hemos olvidado de nosotros y hemos dado vía libre a un surtido de miedos que nos han ido deteniendo. Si deseamos liberarnos de ellos, antes hemos de reconocerlos y analizarlos, porque aquello de lo que huimos conlleva justo lo que necesitamos aprender para prosperar.


Las principales barreras que nos frenan son el victimismo, la sensación de estar incompletos, el perfeccionismo, la comparación y la desconfianza en el género humano.

El trabajo sobre ellas, desde el esfuerzo de la autoestima, es fundamental para llegar a ser quienes verdaderamente somos y vivir como queremos. Cuando atribuimos nuestras desgracias a las acciones de otras personas o a otras circunstancias, esa falta de compromiso personal es una elección: la de tomar la decisión de no mandar en nosotros. si además permanecemos pasivos, estamos tomando la decisión de abandonarnos.

Estamos tan acostumbrados a que nos digan lo que debemos o no hacer, que cuando estamos solos ante una decisión que puede dar un impulso a nuestra vida, nos acobardamos y la dejamos pasar. Sin embargo, todos nos hemos visto enfrentándonos a problemas de salud, económicos o de otra índole, en los que no disponíamos de tiempo para tener miedo. Desconfiamos de la corriente de vida y tratamos de hacer la parte que nos corresponde con tanta rigidez que no permitimos que los acontecimientos fluyan naturalmente. Sostenemos las riendas con miedo, tan severamente que no avanzamos, la búsqueda desesperada e inflexible de un fin implica, en la mayoría de los casos una linea de sabotaje que puede estar relacionada con la espera de reconocimiento exterior.




Cuando sufrimos por sentimiento de inferioridad con respecto a otros, nos engañamos, entramos en una escasez mental.

Mediante la autorrealización llegamos al respeto y la armonía de las relaciones, a la aceptación. De cualquier modo si en algún momento se hace insostenible la presión exterior a la que nos sentimos sometidos, es preciso aplicar la asertividad, es decir, actuar de forma coherente con nuestras aspiraciones.


La reiteración de pensamiento inútil supone un gasto energético ingente, que termina transformándose en negatividad. El fin de economizar pensamiento es dar menos importancia a lo que pensamos y mas a lo que somos: un gran caudal de sensaciones e ideas frescas que de otro modo se perderían en la confusión y en el sentimiento funesto de la vida.


La finalidad es mejorar como seres humanos y engrandecer el mundo desde el trabajo de nuestra consciencia.

De otro modo, la "maldad" (en forma de miedos y prejuicios) nos retrasa, desfigura y destruye. La bondad, la coraza mas elevada de lo intangible, la inteligencia suprema, nos hace bellos, y acoge todas esas actitudes amorosas y compasivas que proceden de la misma esencia del ser humano liberado.


El desapego (o la generosidad), la observación de nuestros pensamientos (o la meditación y la paz), la estancia en el presente (o la consciencia) y el sentido del humor (o esa amalgama de frescura, transparencia, inteligencia y originalidad), son algunas herramientas necesarias para llegar a una existencia acorde con nuestras expectativas.



Uno representa como ser humano, al resto de la humanidad, por tanto, si no nos gusta lo que vemos, lo mas sensato es empezar por cambiarlo en nosotros. Partimos de nuestro cambio, de la persecución de nuestro modo idóneo de vivir, comprobando sin pretenderlo que obtenemos mas de lo que damos.

7 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page