Vivimos en mundo de abundancia material y pobreza de lo básico: coraje, entrega, amor incondicional... Hasta que descubrimos el tesoro que significa ser uno mismo.
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La única forma de relación sana con los otros es la autenticidad, el respeto y la coherencia. Muchas otras capacidades que se disfrazan de habilidades sociales no son más que fruto de la actual sociedad de la apariencia. Sirven para acumular poder y dirigir grupos de personas, pero no para encontrar y entregar afecto y apoyo.
La adversidad forma parte de la vida y aún nos sigue frustrando cada vez que nos topamos con ella, ya que la valoración "malo" o "bueno" es demasiadas veces excesiva. Los hechos de la vida son arriesgados, unas veces buenos, otras neutros y en ocasiones malos. Deberíamos comprender que es imposible estar siempre bien y aceptar lo irremediable o lo que podemos solucionar. Desarrollamos angustia. ansiedad, porque necesitamos sentirnos seguros en un mundo que esta repleto de incertidumbre. Es una utopía (porque todo es posible y nada es seguro) pero el ego lo intenta una y otra vez.
Detrás de la ansiedad esta el miedo a la nada, a no ser, a no existir. El hombre percibe su vulnerabilidad y fragilidad a través de emociones, que le recuerdan sin palabras que es débil y efímero. Aunque más que miedo es convicción de que "lo viejo" esta gastado y obsoleto. Vivimos en la sociedad de lo nuevo, Somos coleccionistas de todo, hasta de personas. Los recuerdos son a menudo distorsiones de la realidad que vivimos y que tergiversamos en base a nuestros estados de ánimo y situaciones.
La ansiedad puede ser un estímulo para la vida y no carga.
La esperanza puede ser falsa o verdadera. La falsa comienza por un intento absurdo de asegurar en un mundo inseguro. La segunda implica aprender a esperar siempre, incluso cuando no queda apenas posibilidad. Siempre que se hace un tipo de entrega personal, se hace algún tipo de renuncia. Para dar, es cierto hay que tener. No se puede dar si no se tiene.
Tenemos miedo a sufrir, las personas se han hecho intrascendentes, pero es un error porque la vida primero es sobrevivir, luego vivir, mas tarde convivir y hacer un arte de la convivencia, después crear, hacer un arte del crear y trascender (dejar algo). Sin embargo, muchos no pasamos de sobrevivir.
Es un reto individual, pero todos podemos mejorar en dos direcciones claras: creatividad y valoración de los aspectos bellos de la vida.
La vida solo es un intento y no importa demasiado el triunfo o fracaso. La temporalidad de la vida resta demasiadas esperanzas, pero en realidad debería darnos fuerzas para no desanimarnos, sabiendo que solo estamos de viaje por un lugar misterioso y bello.
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