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HÉROE DÍA A DÍA

Foto del escritor: VAALVAAL

Por: Pilar Jericon


No hace falta salvar vidas, si no aprender la forma de seguir avanzando a pesar de las dificultades, y ejercer una influencia positiva en los demás.


El héroe cotidiano sigue adelante a pesar de los problemas que surjan en su vida. El superviviente sin embargo, se siente victima y vive culpando al mundo de lo que les ocurre.

Tenemos una extraordinaria capacidad de adaptación, que nos permite como especie sobrevivir a situaciones difíciles, también a otras que no son tan complicadas.





Un héroe cotidiano no es el que salva vidas, si no aquel que sigue adelante a pesar de las dificultades; en vez de habitar en la queja o el lamento, las aprovecha como oportunidades para transformarse positivamente y ejercer una influencia objetiva en su entorno.


La mayoría son anónimos para la historia, pero inspiradores para quienes tienen el privilegio de convivir con ellos.

El superviviente, sin embargo, es aquel que vive culpando al mundo de lo que le ocurre, sintiéndose victima y no preocupándose por las personas de su entorno, y la diferencia sin duda la marca la actitud y las acciones.

Dar un sentido de vida cada uno de nosotros, sentirnos vivos con los que hacemos, relacionado con dar lo mejor de nosotros mismos, y al mismo tiempo aportar a otros. No es necesario buscar grandes empresas en la vida; puede ser convertirse en una persona con valores amables, un buen empresario o madre, o un estudiante que quiera aportar valor a la ciencia.

No existe transformación ni aprendizaje sin humildad. Solo cuando caes y te cuestionas profundamente, cuando eres humilde, te abres a un proceso de descubrimiento interior y de transformación, aunque eso pueda implicar atravesar un desierto.

En la medida en que sintamos que crecemos podemos estar mas cerca de la sensación de plenitud personal. La felicidad esta muy relacionada con sentirnos sin miedo y con dar lo mejor de nosotros, por lo cual es importante el espacio para nosotros, nuestros amigos, lo que nos hace sentir vivos (una afición, una buena conversación, etc.)


Aprender a quererse supone aceptarse y ajustar las propias expectativas sin caer en la autocomplacencia. Para ello reconocer que eres una persona real, con defectos e inseguridades; pero al mismo tiempo reconoce que eres una persona única, insustituible y merecedora de amor autentico.

A veces, cuando no hay respuestas , solo cabe darse el permiso interior de vivir la emoción, el dolor o la incertidumbre, y seguir confiado en nosotros y en el futuro, poniendo los medios para ellos.

Los recuerdos de amor activan circuitos mentales que están relacionados con la seguridad emocional, la autoestima, la confianza en uno mismo, sin necesidad de fármacos, ni de parejas que rescaten, ni de éxitos que te hagan sentir lo maravilloso que eres. Las posibilidades están en nosotros. Sentirse victima otorga “derechos y ventajas” como: no soy feliz, no asumo que tengo libertad para serlo.


El amor es la gran fuerza como dijo Platón: “No hay persona por temerosa que sea. Que no pueda convertirse en un héroe por amor” y ahí esta nuestra autentica grandeza. No reside en nuestro equipaje, ni en ser el gran triunfador, el sufridor eterno o el defensor de causas perdidas.


La grandeza esta dentro de cada uno, en la capacidad de quererse y de querer.


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