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Foto del escritor: VAALVAAL


"Pensar de los demás es paranoia o puro chisme; pensar mal de uno mismo es autodestrucción emocional"

Walter Riso




Apoyados en auto acusaciones erróneas y en mensajes destructivos de los padres, nos conducen al fracaso.


La culpa es un mecanismo a través del cual interiorizamos las normas sociales, nos castigamos cuando no lo hacemos y reprimimos nuestros instintos más egocéntricos. Sin embargo, la mala consciencia también tiene una variante útil y adaptativa cuando se manifiesta en forma de responsabilidad personal.

Al centrarnos en nuestros actos sin juzgarlos como una globalidad perversa que merece castigo, estaremos transformando nuestros errores en comportamientos susceptibles de modificarse a través de la reparación o la prevención de conductas. pero si nos lamentamos y nos torturamos con el único fin de expiar nuestras "malas acciones", la culpa se alimenta así misma y se convierte en un fin, no es un medio para modificar los comportamientos.


Los "Crímenes Imaginarios" son las acusaciones erróneas y mensajes destructivos de nuestros padres que a menudo son la fuente de fracasos e incapacidad para ser felices:


1. Traicionar a los tuyos: se produce cuando vivimos en un conflicto permanente entre nuestros deseos y el código de valores que nos han inculcado. la idea de obediencia ciega es el resultado de una educación tiránica en la que los padres exigen a sus hijos que colmen todas sus exigencias y expectativas.


2. Sentirte una carga

No dejamos de excusarnos, de justificarnos, de sacrificarnos por todos: amigos, familia, compañeros de trabajo... la raíz de esta conducta reside en la percepción infantil de ser una carga para nuestros padres, inculcada a través de reproches, por lo cual sentimos la necesidad permanente de reparación.


3. Haber sido el niño mimado

La incapacidad para recibir cumplidos y muestras de afecto se da mucho entre los que fueron "el ojito" derecho de papá o mamá, pues piensan que han sido amados en detrimento de sus hermanos, o por uno de los padres en prejuicio del otro. sienten que la haber sido idealizados por sus padres, nunca podrán estar a la altura de esas expectativas, lo que les lleva con frecuencia a conductas de fracaso.


4. Abandonar a los padres

El origen de muchas formas de irresponsabilidad (inestabilidad en el trabajo, endeudamiento continuo, fracasos en las relaciones...) radica en la imposibilidad de tener una autentica autonomía, tanto afectiva como material, lo que nos aboca a seguir dependiendo de nuestros padres. tras esta estrategia inconsciente se oculta la incapacidad de separarnos de ellos, mártires o acusadores cada vez que tratamos de volar con nuestras propias alas.


5. superar a los demás

Los triunfos sociales, materiales o afectivos no llegan a satisfacernos plenamente, peor aún los devaluamos o saboteamos. Esta conducta se basa en en una doble idea inconsciente: "No debo disfrutar de las alegrias de la vida, mientras otras personas sufren" y "Si triunfo, humillo a quienes no han tenido mi suerte"


6. creernos malos en el fondo

Proviene de habernos sentido indignos de niños, quizás nuestros padres quisieron un hijo perfecto y se pasaron toda nuestra infancia desvalorizándonos.




Así mismo sentimos culpa inconscientemente derivada de haber renunciado a nuestros íntimos deseos, y es el deseo de culpabilidad menos evidente pero mas venenoso, ya que se manifiesta en conductas destructivas, como formas de expiación no conscientes.


Esta te atormenta si:


*Eliges parejas que no te convienen o te rechazan

*Permaneces estancado en el trabajos que no te satisfacen

*Encuentras siempre razones para privarte de un placer *Después de tener un triunfo o de pasar un buen rato, te sientes angustiado.

*Fracasas misteriosamente en todo aquello que emprendes

*Te sientes forzado a actuar mal

*Corres riesgos inútiles que ponen en peligro tu seguridad

*Te sientes indigno de los cumplidos o muestras de afecto que recibes

*Tienes la sensación de que los demás no te aprecian ni te quieren

*No sabes decir NO

*Sientes la necesidad de sacrificarte por lo demás




Por: Natalia Gómez Rey

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El vacío existencial es un sentimiento de apatía e insatisfacción que muchas personas sufren a lo largo de su vida. Esa incomoda sensación de que tu vida no funciona y que no encuentras el estímulo en lo que haces diariamentees uno de los peores sentimientos que puede soportar un ser humano.

A lo largo de nuestra vida, en nuestras diferentes etapas hemos experimentado cierta falta de motivación la cual nos provoca sentimientos de pena, tristeza, depresión que pueden conllevar a consecuencias fatales, seas un empresario de éxito o un joven sin experiencia laboral, el vacío existencial puede llegarte en cualquier momento.

Pero al contrario que otras situaciones negativas, el vacío existencial no siempre provoca situaciones negativas, estas sensaciones pueden resolverse pronto y la búsqueda del estimulo puede provocar una activación en el sujeto que le haga encontrar una satisfacción personal que antes no tenía.

Hay personas que no son felices durante la mayoría de su vida, se la pasan auto culpándose de errores pasados, pensando en el que hubiera pasado si sus decisiones hubieran sido diferentes a las que tomaron en su momento. Esto crea una insatisfacción crónica que ahonda la autoestima del sujeto, provocando un sentimiento de tristeza y nostalgia difícilmente superable.

Cuando el vacío existencial se repite día tras día el sujeto suele experimentar cambios en su estado anímico a nivel crónico, caracterizados por una profunda tristeza interior y una incapacidad para disfrutar de los buenos momentos.

El enamoramiento, las decisiones difíciles o las situaciones críticas como las enfermedades, pueden provocar este vacío en el alma del individuo.

Es por ello que ENCONTRAR UNA MOTIVACIÓN Y SENTIDO A NUESTRA VIDA se vuelve cada día más importante. Muchas veces nos preguntamos porque elegimos un camino, sin hacernos conscientes de las posibles alternativas. El camino que nos marcamos no debe estar influenciado por agentes externos como presiones sociales o dinero si no por la esencia de nuestro ser, nuestra propia motivación y nuestra propia idea de felicidad, es decir, evitando de alguna manera complacer a los demás, dejando de lado nuestros propios intereses, nuestros planes, las cosas que nos dan satisfacción.




ENCONTRAR NUESTRO CAMINO PUEDE SUPONER AÑOS DE ESFUERZO O MINUTOS DE DECISIÓN, pero lo recomendable para evitar vacíos existenciales es elegir aquello que nos gusta, pasar tiempo con la gente que nos quiere e intentar darlo todo a diario.


NO INTENTES BUSCARTE FUERA DE TI...

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Decálogo del buen entendimiento




1. Huir de discursos negativos y dramáticos sobre la adolescencia, muchas veces nos angustian y bloquean.

2. Ver a nuestros hijos como son: con sus virtudes y sus defectos. Ensalzar las cosas que hacen bien e intentar corregir aquellas que hacen mal.

3. Mantener la comunicación desde la calma y la escucha activa, intentando lograr consensos.




4. Realizar actividades juntos que gusten a todos, aunque nuestro hijo ponga cara de acelga.

5. Conocer a sus amigos, sus gustos...

6. recordar nuestra adolescencia. seguro que también estuvimos muy "raritos" y sabemos que ya terminó.

7. Evitar sobrepotegerlos. Los adolescentes tienen que cometer errores para aprender. No podemos evitar que se encuentren inmersos en conflictos, pero si ayudarlos a resolverlos.

8. Establecer normas y límites claros en la convivencia familiar.

9. Apoyarles cuando tengan iniciativas positivas: tocar un instrumento, hacer montañismo, realizar cortometrajes...

Les ayudará a crecer, a responsabilizarse y a relacionarse.

10. Recordar que buscan autonomía, una imagen propia y que pasan mucha incertidumbre, y sobre todo, tener muchísima paciencia y hacerles ver que siempre estaremos a su lado.




Psicología Práctica (inf. universidaddepadres.es)


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