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Foto del escritor: VAALVAAL

Hablar de relaciones de pareja con Amor o Desamor, nos lleva a muchas interrogantes que en diversas ocasiones no somos capaces de respondernos de una manera objetiva. Saber si estamos con alguien por amor o simplemente por no sentirnos y no estar solos.




¿Sabes manejarte bien en una relación de pareja?


¿Qué tal te llevas con la soledad?



A veces nos toca estar solos, otras en pareja, pasar por amores, desamores, rechazos, celos, abandonos, amigos que van y vienen, pérdidas...

Todas estas circunstancias forman parte del proceso natural de la vida, y saber enfrentarlas con madurez emocional hará que podamos disfrutarlas y sacarles partido o, de lo contrario, sufrir innecesariamente por no saber adaptarnos a ellas.°


Hay personas que temen separarse y estar solas, a otras en cambio les resulta difícil encontrar o mantener relaciones de amor o amistad estables, y algunas tienen problemas tanto para estar solas como para relacionarse.


Los mitos acerca del afecto y sobre las relaciones de pareja hacen que no todo el mundo tenga claras las diferencias entre la dependencia emocional y el amor. Muchas veces, el simple hecho de creer en un estereotipo sobre cómo debe ser la relación amorosa perfecta hace que quedemos tan encasillados como los conceptos que utilizamos para pensar en el cariño y los lazos afectivos.




Tal vez si tratáramos de ser felices en primer lugar por nosotros mismos, no nos sentiríamos a veces tan vacíos, solos, necesitados y sin amor. Dejaríamos ese empeño obstinado y emocionalmente inmaduro de tratar de ser felices a costa de sacar de los demás un amor que a menudo tampoco tienen.


Duele amar a alguien y no ser correspondido, pero es mas doloroso amar a alguien sabiendo que es infeliz a tu lado y no encontrar el valor para decírselo. Mucha gente sufre porque sus relaciones no funcionan. No obstante, el sufrimiento a pesar de su incomodidad, sirve para que tomemos conciencia de que algo funciona mal en nuestras vidas.


No hay que confundir el hecho de estar solo con la sensación de soledad, son dos cosas distintas. La persona que no tiene miedo de estar sola es porque se encuentra a gusto consigo misma. En cambio, el sentirse solo implica una baja autoestima, una dificultad de disfrutar estando a solas con uno mismo. ¿Cómo pueden los demás disfrutar de nuestra compañía, si ni siquiera nosotros somos capaces de hacerlo?


En una relación madura, AMAR ES COMPARTIR, el Amor es un arte, una acción voluntaria que se emprende y se aprende. El Amor es decisión, elección y actitud (Erich Fromm 1956). El verdadero amor desea que el otro sea quien en verdad pueda llegar a ser, precisamente porque nos brindamos a apoyarle a superar sus propios límites.


Sólo cuando te comprometes contigo mismo, tu vida cambia. Evitar las trampas del miedo, el rechazo, el tratar de huir de la soledad y evitar el dolor buscando un sustituto que actúe en seguida como parche anestésico solo servirá para que nuestra sensación de separación o abandono aumente, a la vez que estaremos manipulando a una tercera persona.°


RECUERDA: Que cuando aprendemos a amarnos  es mas fácil convivir y aceptarnos tal cual somos.





°(Jairo Kalpa. Consultor de Orientación Personal, Familiar y Profesional.)

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Foto del escritor: VAALVAAL

Vivimos en mundo de abundancia material y pobreza de lo básico: coraje, entrega, amor incondicional... Hasta que descubrimos el tesoro que significa ser uno mismo.




La única forma de relación sana con los otros es la autenticidad, el respeto y la coherencia. Muchas otras capacidades que se disfrazan de habilidades sociales no son más que fruto de la actual sociedad de la apariencia. Sirven para acumular poder y dirigir grupos de personas, pero no para encontrar y entregar afecto y apoyo.


La adversidad forma parte de la vida y aún nos sigue frustrando cada vez que nos topamos con ella, ya que la valoración "malo" o "bueno" es demasiadas veces excesiva. Los hechos de la vida son arriesgados, unas veces buenos, otras neutros y en ocasiones malos. Deberíamos comprender que es imposible estar siempre bien y aceptar lo irremediable o lo que podemos solucionar. Desarrollamos angustia. ansiedad, porque necesitamos sentirnos seguros en un mundo que esta repleto de incertidumbre. Es una utopía (porque todo es posible y nada es seguro) pero el ego lo intenta una y otra vez.


Detrás de la ansiedad esta el miedo a la nada, a no ser, a no existir. El hombre percibe su vulnerabilidad y fragilidad a través de emociones, que le recuerdan sin palabras que es débil y efímero. Aunque más que miedo es convicción de que "lo viejo" esta gastado y obsoleto. Vivimos en la sociedad de lo nuevo, Somos coleccionistas de todo, hasta de personas. Los recuerdos son a menudo distorsiones de la realidad que vivimos y que tergiversamos en base a nuestros estados de ánimo y situaciones.

La ansiedad puede ser un estímulo para la vida y no carga.


La esperanza puede ser falsa o verdadera. La falsa comienza por un intento absurdo de asegurar en un mundo inseguro. La segunda implica aprender a esperar siempre, incluso cuando no queda apenas posibilidad. Siempre que se hace un tipo de entrega personal, se hace algún tipo de renuncia. Para dar, es cierto hay que tener. No se puede dar si no se tiene.

Tenemos miedo a sufrir, las personas se han hecho intrascendentes, pero es un error porque la vida primero es sobrevivir, luego vivir, mas tarde convivir y hacer un arte de la convivencia, después crear, hacer un arte del crear y trascender (dejar algo). Sin embargo, muchos no pasamos de sobrevivir.


Es un reto individual, pero todos podemos mejorar en dos direcciones claras: creatividad y valoración de los aspectos bellos de la vida.

La vida solo es un intento y no importa demasiado el triunfo o fracaso. La temporalidad de la vida resta demasiadas esperanzas, pero en realidad debería darnos fuerzas para no desanimarnos, sabiendo que solo estamos de viaje por un lugar misterioso y bello.

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Foto del escritor: VAALVAAL

No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos.” (Albert Einstein)“


Cuando algo te moleste, párate un momento. Es posible que el malestar que te genera una situación determinada no sea por la situación en sí misma, sino por lo que tu infieres e interpretas de la misma.




Cuando una situación nos hace infelices, escogemos entre dos opciones: lo apartamos de nuestra vida o bien nos quedamos ahí para vivirlo desde el victimismo. Sin embargo, existe una tercera opción: vivir cada situación conflictiva como una oportunidad de conocernos mejor a nosotros mismos.


Para ello, ante cada situación que vivamos como un problema o una contrariedad podemos seguir los siguientes pasos:


1. Cuestionarnos


La primera pregunta genérica es decirnos: ¿hasta qué punto lo que veo es como es? ¿En qué grado lo estoy interpretando? Por ejemplo, si resulta que nuestra pareja nos engaña, nos podemos preguntar ¿para qué traigo esta situación a mi vida? ¿en qué me engaño?; si resulta que nos miente ¿en qué nos mentimos?


Supongamos ahora que alguien opina que la generosidad es adecuada y correcta y que el egoísmo es negativo y perjudicial. Si no es capaz de equilibrar estas opiniones es posible que, por ejemplo, acabe priorizando cumplir con las necesidades de los demás antes que las suyas propias y que el egoísmo de los demás le moleste excesivamente.


Mediante este tipo de reflexiones, podemos empezar a ser capaces de actuar de una manera más responsable ante situaciones de conflicto. Al poner en duda nuestra propia percepción, nos permitimos la opción de comprender que aquello que nos pasa nos trae una información importante para favorecer nuestro desarrollo personal. Las relaciones interpersonales son una magnífica oportunidad para vivir esta experiencia.


2. Describir


Es posible que frente a una situación de dificultad no podamos ver con claridad la información que está ahí justamente porque pone en jaque a nuestras creencias. La propuesta sería hacer un ejercicio descriptivo, libre de adjetivos, interpretaciones y justificaciones. Podemos escribir lo sucedido como si fuera un guión de una escena de teatro.


La descripción nos obliga a despojar la situación de aquello que nosotros personalmente le estamos añadiendo. Este ejercicio puede resultar más complejo de lo que parece porque nos obliga a desprendernos de nuestra percepción, es decir, nos invita al desapego. La incomodidad que podamos sentir durante el proceso es la que nos dará la primera pista sobre lo que realmente nos afecta.


3. Aprender


Aprender es abrir la mente a considerar la opción de que hacemos las cosas para conseguir algo de alguien y cuando este alguien no lo hace, nos enfadamos por eso y, además, caemos en el victimismo, pensando que el mundo debería comportarse de otra manera. Aprender es detectar que lo que nos molesta de los demás resulta ser un conflicto entre nuestras propias creencias. Aprender implica aceptar la posibilidad de que lo que nos sucede es necesario para que podamos conocernos.


La otra persona siempre nos refleja una información que sin ella no podríamos ver. Cuando esto se comprende, ya no queremos eliminar la situación. La solución no pasa por suprimir el problema, sino por aceptar la información que lleva implícita y que resuena con información almacenada en nuestro inconsciente. La vida se nos puede manifestar de muchas maneras y todas ellas tienen que ver con nosotros. En la medida que empecemos a cuestionar nuestras creencias y valores estaremos ampliando nuestra conciencia y comprenderemos que la otra persona que tanto nos molesta la tenemos enfrente porque resuena con nosotros.



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